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Historia Económica

Subdesarrollo

Autor: Giovanni Villavicencio

El concepto de subdesarrollo surge a mediados del siglo XX como una antítesis a la noción ortodoxa de desarrollo y una crítica a la visión occidental de modernidad. En términos económicos, el término desarrollo se asocia con un proceso de transformación en el cual los individuos de un determinado país logran mejorar su calidad de vida gracias a la modernización de su estructura productiva interna y la creación de productos de alto valor agregado. Este concepto está inspirado en la experiencia de los países del centro que lograron posicionarse como los líderes del mercado mundial de mercancías mediante un proceso de industrialización local.

El análisis de mayor relevancia sobre la dicotomía centro-periferia es atribuido al economista argentino Raúl Prebisch, uno de los principales exponentes del estructuralismo latinoamericano. De acuerdo con este autor, los países del centro son las naciones que concentran gran cantidad de riqueza en sus territorios y que además cuentan con un sistema productivo de alta tecnología. En contraste, los países de la periferia son aquellos que no han logrado implementar una estructura productiva autónoma, por lo cual se insertan al mercado mundial a través de la exportación de materias primas y mercancías de poco valor agregado, al mismo tiempo que son dependientes de las importaciones tecnológicas del centro.

La tesis de Prebisch (1948), contradice la idea ortodoxa de que el desarrollo es un proceso replicable que los países de la periferia pueden seguir para alcanzar un nivel de progreso similar al de los países del centro. De ahí que la noción de subdesarrollo se anteponga al concepto de economías “en desarrollo”, dado que, de acuerdo con la concepción estructuralista latinoamericana, los países de la periferia realmente no se encuentran en un proceso de avance sino de estancamiento.

A lo largo de su obra, el economista brasileño Celso Furtado retomó la dicotomía centro-periferia formulada por Prebisch para profundizar su definición del concepto subdesarrollo. En este sentido, Furtado (1968, 1974) llegó a la conclusión de que los países de la periferia nunca podrían emular el nivel de progreso de los países del centro, por lo cual el desarrollo económico al que las naciones subdesarrolladas aspiran es un mito. Bajo este abordaje, el concepto de subdesarrollo formulado por Furtado establece que el desarrollo no depende de un manual que pueda replicarse indistintamente en todos los países, por lo que las economías de la periferia han errado en su intento por alcanzar el proceso industrial del centro.

En este contexto, los autores de la noción de subdesarrollo se encargaron de formular una serie de políticas que permitieran a los países de la periferia superar su condición de atraso respecto a las naciones del centro. Para lograr dicho objetivo, Furtado (1968) atribuyó al Estado la tarea de promover la industrialización de sus economías. De acuerdo con este autor, el estímulo monetario destinado a mejorar las estructuras productivas de la periferia podría obtenerse mediante la transferencia de recursos de un sector a otro. En otras palabras, el Estado podría optar por utilizar el excedente proveniente del comercio de materias primas para impulsar el desarrollo de la industria interna. De esta manera, el concepto de subdesarrollo sirvió para justificar teóricamente el modelo de sustitución de importaciones (MSI) que la mayoría de los países de América Latina adoptó durante la segunda mitad del siglo XX.

Asimismo, es importante mencionar que el concepto de subdesarrollo no pretende afirmar que los países de la periferia se encuentran bajo una misma situación homogénea. Por el contrario, Furtado (1968) siempre hizo énfasis en que el subdesarrollo se presenta de manera diferente en cada nación, por lo que algunos países tendrían mayores posibilidades de implementar políticas desarrollistas que otros. Por otra parte, a pesar del aparente optimismo del MSI y el pensamiento estructuralista latinoamericano, la naturaleza del mismo concepto de subdesarrollo establece una visión pesimista respecto al futuro de los países de la periferia. En concreto, Furtado (1974) argumentaba que más que disminuir, las disparidades entre los países desarrollados y subdesarrollados tenderían a incrementarse a medida que el proceso de acumulación de capital global avanza. Esta visión resultó ser casi profética, si bien el concepto de subdesarrollo ha adquirido nuevas características a lo largo del tiempo, los países de la periferia parecen permanecer estancados en la condición de dependencia que este término sugiere.

Con el paso del tiempo, es cierto que las naciones de la periferia alcanzaron un cierto grado de industrialización, sin embargo, este no fue resultado del MSI sino de la expansión territorial de las empresas trasnacionales de los países del centro. En otras palabras, las compañías de las naciones del centro comenzaron a relocalizar algunas de sus plantas productivas a los países de la periferia con el fin de aprovechar los bajos salarios ofrecidos por estas regiones. Por tanto, el concepto de subdesarrollo adquirió un nuevo significado que, si bien conservó sus características fundamentales, adoptó otras dimensiones derivadas de la nueva división internacional del trabajo. Esta nueva concepción del término subdesarrollo fue elaborada por el economista chileno Fernando Fajnzylber (1983), quien sostuvo que el fracaso del MSI propició una renovación del concepto de subdesarrollo.

De acuerdo con este autor, la noción de subdesarrollo propuesta por Furtado (1968, 1974) debía ser actualizada para analizar la situación de los países de la periferia. Si bien las naciones subdesarrolladas continuaban siendo dependientes de la producción de materias primas, para los años ochenta se había sumado un otro factor: la creciente inserción al mercado mundial mediante el ofrecimiento de mano de obra barata en la periferia. Por consiguiente, Fajnzylber propuso dos conceptos hermanos de la noción de subdesarrollo que sirven para explicar el tipo de competitividad con el cual los países se insertan al mercado mundial de productos. Por un lado, las naciones subdesarrolladas se caracterizan por contar con una competitividad espuria, en la cual el éxito del sector de exportación está determinado por la precarización laboral y las bajas remuneraciones salariales. Por otro lado, los países del centro cuentan con una competitividad auténtica, que se ve reflejada en la constante innovación tecnológica de su sistema productivo.

La noción de subdesarrollo ha adquirido diferentes significados a lo largo del tiempo. En este sentido, las diversas connotaciones que ha adquirido el concepto responden a la realidad histórica en que este es utilizado. Por tanto, resulta necesario renovar la noción de subdesarrollo para incorporar las nuevas tendencias de dependencia a las que se enfrentan los países de la periferia hoy en día.

Palabras relacionadas:

desigualdad, balanza comercial, gasto público, mercado, economía.

Vínculos de interés:

Una relación de los escritos de Celso Furtado

Una reflexión sobre el desarrollo y el subdesarrollo de Pedro Paz y Octavio Rodríguez

Un acercamiento al concepto de desarrollo y subdesarrollo (video)

Bibliografía:

Fajnzylber, Fernando (1983), La industrialización trunca de América Latina, México, Centro de Economía Transnacional, Editorial Nueva Imagen.

Furtado, Celso (1968), Teoría y política del desarrollo económico, México, Siglo XXI

Furtado, Celso (1974), El desarrollo económico: un mito, México, Siglo XXI

Prebisch, Raúl (1948), El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas, Santiago, CEPAL. Disponible en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/40010-desarrollo-economico-la-america-latina-algunos-sus-principales-problemas

Acerca del autor

Giovanni Villavicencio. Economista por la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y maestrante de la maestría en Historia Internacional en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Experto en temas sobre financiarización y meritocracia.

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