Autor:Juan Carlos Morales Soto
Las palabras en ícola son adjetivos que pertenecen a dos patrones diferentes: el relacional agrícola, ‘relativo a la agricultura’; y el locativo cavernícola ‘que vive en las cavernas’ (Rainer, 2007, pp. 335-336). Además de estos dos patrones, el latín conoció otro que significa ‘que adora o que venera a’, añadiendo el sustantivo base como por ejemplo Christicola (cristiano). Existe otro patrón de uso donde –cola significa ‘que labra, que cultiva’: agricola, vinicola, vitícola (Rainer, 2007, pp. 335-339). Según el mismo Rainer este patrón relacional no proviene de un antecedente latino, sino que, en realidad, este patrón tiene un origen francés, donde el uso adjetival de agricole parece haber sido introducido por los fisiócratas, en la segunda mitad del siglo XVIII, y en cuya teoría económica la agricultura ocupaba el lugar central.
Werner Bayer (2018) Hemel en Aardde-Spookfontein. Hermanus: Creation.(Fotografía) Recuperada de Flickr: https://www.flickr.com/photos/wbayercom/27173089708/
Antes que los fisiócratas Richard Cantillon escribió alrededor de 1730 su Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General. Esta obra fue publicada en 1755 y en ella se refiere a la agricultura tomando como ejemplo a las provincias del sur de China, en donde la tierra producía arroz hasta tres veces al año y rendía hasta cien veces la semilla, todo ello gracias al cuidado que tienen por la agricultura y por la bondad de la tierra que nunca descansa (Cantillon, 2011, pp. 15-24). Cantillon se convirtió en la base de los posteriores estudios de François Quesnay y los fisiócratas, incluyendo a la tradición clásica con Adam Smith y David Ricardo. William Stanley Jevons llegó a considerar este ensayo como el primer tratado sistemático sobre economía. El concepto de valor intrínseco de Cantillon sirvió a los fisiócratas para definir el concepto de producto neto (produit net).
Bernigeroth, Johamm Martin (1748) Imágen de F. Quesnay. Leipzig: Bibliotea de la Universidad de Leipzig. (Fotografía) Recuperada de Flickr: https://www.flickr.com/photos/ubleipzig/16833570417/
La corriente de los fisiócratas fue fundada por François Quesnay y Víctor Riqueti, Marqués de Mirabeau en 1757. Su objeto de investigación fue el sistema económico francés de mediados del siglo XVIII, en los albores del capitalismo. Claudio Napoleoni (1981, pp.17-30) sostiene que los fisiócratas consideraban que las formas no capitalistas de la agricultura existentes a mediados del siglo XVIII eran una fase de transición hacia formas de desarrollo capitalistas. Dado que la tesis fisiocrática principal es que el excedente sólo es posible dentro de la agricultura, se podría sostener que el capitalismo sólo tendría sentido dentro de un sistema en donde esta era la actividad principal.
El producto neto (produit net) entendido como el excedente del proceso de producción exclusivamente agrícola, significa un acercamiento primitivo a la idea de la generación de riqueza. En esta concepción de los también denominados économistes está ausente una teoría del valor, no obstante, su importancia radica en que con ellos nace la idea del producto neto entendido como excedente y con ello el punto de partida de los estudios de Adam Smith y del pensamiento clásico.
François Quesnay construye su famoso Tableau Économique sobre la base de la teoría del producto neto, y representa el esquema de funcionamiento del sistema económico. En su esquema Quesnay señala que la sociedad está dividida en tres clases, de acuerdo con las actividades económicas que realizan, nótese como la agricultura es entendida por Quesnay como la actividad primordial:
- La Clase Productiva comprende a todos los hombres empleados en los trabajos necesarios para obtener los productos de la tierra destinados a la satisfacción de los hombres, la agricultura. Aquí se incluyen arrendatarios capitalistas y asalariados;
- La Clase Estéril que la integran aquellos miembros de la sociedad cuya actividad se encuentra al margen de la agricultura, y cuyo trabajo no es productivo sino estéril, ya que no producen riqueza, excedente, como la industria y el comercio;
- La Clase Propietaria de tierras que, si bien no desarrolla ninguna actividad económica, recibe en forma de renta de la tierra el equivalente a todo el producto neto atribuible a la tierra. De esta clase forman parte los soberanos, la aristocracia y la Iglesia (Napoleoni, 1981, pp.115-132).
En su Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones de 1776, Adam Smith considera que la agricultura ya no tiene el papel central que tenía con los fisiócratas, y se supedita a la dinámica de la acumulación del capital de la economía como un todo, y esto se debe al cambio sobre la naturaleza del excedente económico que va del trabajo agrícola al trabajo en cuanto tal. Toda la riqueza de las Naciones es fruto del trabajo humano. Ya no es sólo la agricultura la actividad productiva, producto de la fertilidad de la tierra, sino ahora todo trabajo que se supedita a la división del trabajo y su especialización produce un excedente superior a sus costos productivos (Corazza y Martinelli Jr., 2002, p. 16). Sin embargo, la agricultura sigue siendo importante dentro del análisis económico de Adam Smith, al considerar que el trabajo agrícola es más productivo que el realizado en las manufacturas y el comercio. El filósofo y economista escocés señala que la causa principal de los rápidos progresos que hicieron las colonias británicas en América se debió a que se empleó la mayor parte de sus capitales en la agricultura. Los trabajadores agrícolas no sólo producen para su propia subsistencia y para beneficio de sus patrones, sino que además crean una renta para los propietarios de la tierra (Smith, 2017, pp. 331-338).
Viala, P, Ravaz, L (1893) Revue de viticulture: organe de l´agriculture des regions viticoles. Paris: Bureaux de la Revue de Viticulture. University of Ilinois-Champaign. Recuperada de Flickr: https://www.flickr.com/photos/internetarchivebookimages/14595117910/
Sin embargo, a pesar de que el sector agrícola deja de ser el centro dinámico de la economía en la estructura del análisis clásico, el estatus que la agricultura ocupa como productora de alimentos y materias primas para la industria es importante, ya que su comportamiento tiene efectos que afectan a toda la dinámica económica, es decir, la expansión agrícola depende de la demanda de alimentos, motivada tanto por el crecimiento demográfico como por el propio crecimiento económico. Lo fundamental es que este aumento de la demanda de productos agrícolas tiene efectos distributivos sobre las clases sociales, hecho que también afecta la dinámica del propio crecimiento económico (Corazza y Martinelli Jr., 2002, p. 17). La progresiva riqueza y el crecimiento de las ciudades es una consecuencia proporcionada por la mejora y cultivo de los campos en toda sociedad política; el comercio y las manufacturas de las ciudades no fueron efecto, sino causa de las mejoras y progresos del cultivo de los campos. Los rápidos adelantos de las colonias inglesas de América del Norte, apunta Smith, tuvieron su principal apoyo en la agricultura (Smith, 2017, pp. 371-372).
Los trabajadores que se emplean en la agricultura, además de reproducir un valor igual al de su propio consumo, también producen un valor mucho mayor, son los trabajadores agrícolas quienes engendran la reproducción de la renta del terrateniente, y dependiendo de la fertilidad natural de la tierra, será mayor o menor según las facultades productivas de esta. No existe manufactura alguna que contenga el mismo nivel de trabajo productivo que el existente en la agricultura. El capital invertido en la agricultura no sólo moviliza mayor cantidad de trabajo productivo al invertido en las manufacturas, sino que, además -guardando las proporciones- agrega más valor al producto anual de la tierra y del trabajo del país, a la riqueza real y al ingreso de sus habitantes (Napoleoni, 1981, pp. 56, 57).
En sus Principios de Economía Política y Tributación (1817), David Ricardo, comienza definiendo a la economía política como la ciencia que determina la distribución del producto de la tierra, es decir, aquello que se obtiene de su superficie mediante la aplicación aunada del trabajo, de la maquinaria y del capital, -renta, utilidad y salarios-, entre las clases en que la sociedad se haya dividida: el propietario de la tierra, el dueño del capital necesario para su cultivo, y los trabajadores por cuya actividad se cultiva. Con ello, Ricardo, reconoce el carácter plenamente capitalista de la economía y una sociedad dividida en tres clases: trabajadores, propietarios del capital y propietarios de tierras (Ricardo, 1973, p. 5).
En Ricardo, la productividad agrícola también condiciona toda la economía, afectando no sólo el valor de los alimentos y los salarios industriales, sino también las inversiones, las ganancias y el crecimiento del producto nacional. La importancia de la agricultura en el pensamiento de Ricardo es tal que la evolución del producto de la tierra tendrá el poder de determinar no sólo la tendencia del desarrollo económico, sino también la distribución de la riqueza entre las clases sociales. La principal idea de Ricardo era que del beneficio que se forma en la agricultura se desarrolla también el tipo general del beneficio en todo el sistema económico (Napoleoni, 1981, pp. 67-69). De este modo, para David Ricardo el beneficio del capital disminuye simplemente porque no puede obtenerse tierra igualmente apta para producir alimentos, y el grado de disminución de los beneficios y el alza de las rentas depende enteramente del aumento en los gastos de producción al echar a andar tierras con menor fertilidad (Ricardo, 1973, pp. 51-55).
Se puede decir que el modelo económico de Ricardo considera la economía como si se tratara de una gran finca agrícola, dedicada a la producción exclusiva de trigo, aplicando cantidades homogéneas de capital y mano de obra sobre una porción fija de tierra sujeta a rendimientos decrecientes y de la cual se extraía conclusiones generales sobre la dinámica de la economía en su conjunto. Si el precio del grano y de los salarios permanecieran constantes, aún así disminuirían los beneficios y aumentarían las rentas debido a la utilización de más mano de obra en tierras cada vez más lejanas y menos fértiles (Corazza y Martinelli Jr., 2002, p. 19). La comprensión del progreso económico dependía de la comprensión de las fuerzas que influyen en el comportamiento de la tasa de ganancia de la agricultura, que tendía a determinar, a través de los precios de los alimentos y los salarios, la tasa de ganancia de la economía.
A pesar de esto, Ricardo rechazó la visión fisiócrata de que la agricultura era el único sector productivo de la economía. Para él, la primacía de la agricultura no era real, sino sólo analítica, y las conclusiones extraídas de su modelo agrícola podrían ser válidas para toda la economía, ya que el mercado tendería a generalizar el comportamiento de las ganancias en la agricultura y el resto de la economía.
Frank Brothers (1880) Farm and Mill Machinery. Oregon: West Shore, April.(Fotografía) Recuperada de Flickr: https://www.flickr.com/photos/wsl-libdev/15846026975/
En El Capital Karl Marx sostiene que es en el entorno de la agricultura donde la gran industria interviene de la manera más revolucionaria al liquidar al bastión de la antigua sociedad, el “campesino”, sustituyéndolo por el asalariado (Marx, 1987, p. 611). Al momento en que la industria se apodera de la agricultura, disminuye también la demanda de población obrera rural, la cual decrece en la medida en que aumenta la acumulación del capital en esta rama. Así, la agricultura comienza a jugar un papel subordinado al capital industrial, y esta subordinación resulta de la penetración del capitalismo en el campo, que no sólo transforma las formas de propiedad de la tierra, sino también las relaciones laborales y la propia producción agrícola. Y es que, en ninguna otra parte se pone de manifiesto más brutalmente el carácter antagónico de la producción y acumulación capitalistas que en el progreso de la agricultura y en el retroceso del obrero agrícola.
La expropiación de la población rural trajo consigo la incorporación de un mayor número de proletarios a la industria urbana. Pero el menor número de trabajadores agrícolas no disminuyó el rendimiento de la tierra, al contrario, el suelo seguía rindiendo el mismo producto de siempre, o más, porque la revolución en las relaciones de propiedad de la tierra iba acompañada de métodos de cultivo perfeccionados, concentración de los medios de producción, mayor intensidad laboral de los asalariados rurales y, además, la población rural liberada ahora tendría que adquirir sus medios alimentarios del capitalista industrial bajo la forma de salarios y bajo la forma de mercancías en el espacio de intercambio: el mercado (Marx, 1992, pp. 800-933).
A medida que el modo de producción capitalista dominaba la agricultura se pasó de una agricultura de subsistencia familiar a una agricultura capitalista, cuyos productos ya no tienen la naturaleza de simple alimento, sino que se convierten en bienes o medios para producir valores de cambio. La moderna agricultura capitalista empobrece al obrero rural y esquilma la tierra pues cada nuevo paso en el proceso de intensificación de la fertilidad del suelo implicó también un nuevo paso hacia el agotamiento de las fuentes perennes que alimentan la fertilidad. Será a través de la maquinaria que la gran industria proporcione la base de la agricultura capitalista, expropiando radicalmente a la inmensa mayoría de la población del campo y remate con el divorcio entre la agricultura y la industria doméstico-rural. Sólo ella podrá conquistar para el capital industrial todo el mercado interno (Marx, 1992, pp. 935-937).
Viala, P, Ravaz, L (1893) Revue de viticulture: organe de l´agriculture des régions viticoles. Paris: Bureaux de la Revue de Viticulture. University of Ilinois-Champaign. Recuperada de Flickr: https://www.flickr.com/photos/internetarchivebookimages/14595117910/
Después de Marx, los modelos neoclásicos y keynesianos no le dieron a la agricultura gran relevancia teórica. A partir de la década de 1950, el mismo debate se desarrolló en el marco del pensamiento estructuralista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. La CEPAL ha hecho aportes relevantes para el desarrollo regional y sus teorías y visiones han sido escuchadas en muchos lugares del mundo. La CEPAL es referencia obligada para quienes estudian la historia económica de la región en los últimos tiempos, desde allí Raúl Prébisch señaló tres características de los países no desarrollados:
- Cuentan con una elevada proporción de su población laborando en la agricultura y demás ramas de la producción primaria;
- Esa misma población trabaja con una técnica primitiva, inferior a la de los países desarrollados;
- La tasa de crecimiento de su población era muy elevada.
Las dos primeras características tenían una estrecha relación. Si existía un alto porcentaje de población laborando en actividades primarias era debido a la utilización de técnicas primitivas. Como parte de la solución a este problema Prebisch apuntaba hacía el gradual incremento de la técnica productiva moderna en la agricultura y aumentar con ello la productividad del sector, lo que a su vez traería como consecuencia la progresiva reducción de la población que trabajaba en la agricultura. Al mismo tiempo, este desplazamiento de la población activa del sector primario significaba la necesidad de crear un proceso de industrialización en los países no desarrollados. ¿Qué sentido tendría el progreso técnico en la agricultura si la gente así desplazada por ese progreso técnico no pudiera emplearse en otras actividades productivas? Por lo que la industrialización de la periferia ya no se plantea como una elección, sino como una necesidad imperiosa del proceso de desarrollo de un país (Prebisch, 1951, 4-10).
Palabras relacionadas: cultivo comercial, región, pensamiento clásico
Vínculos de interés:
Datos de agricultura en México:
https://www.inegi.org.mx/temas/agricultura/
Datos de agricultura a nivel mundial:
https://wmich.edu/globalstudies/world-agricultural-production
https://www.worldbank.org/en/topic/agriculture/overview
Bibliografía
Cantillon, Richard. (1755). Essai sur la Nature du Commerce en Général, pdf. Institut Coppet, Paris, décembre 2011. Versión electrónica: www.institutcoppet.org, https://www.institutcoppet.org/wp-content/uploads/2011/12/Essai-sur-la-nature-du-commerce-en-gener-Richard-Cantillon.pdf
Corazza, Gentil y Martinelli, Orlando Jr. (2002). Agricultura e Questão Agrária na História do Pensamento Econômico. In: Revista Teoria e Evidência Econômica, v. 10, n 19. Passo Fundo, 2002. Versión electrónica: http://cepeac.upf.br/download/rev_n19_2002_art1.pdf
David Ricardo. (1817). Principios de Economía Política y Tributación. Segunda reimpresión, 1973. Fondo de Cultura Económica. México, D.F.
Marx, Karl. (1867). El Capital, Tomo I/Vol.2, Libro Primero. El Proceso de Producción del Capital. Decimotercera edición en español, 1987. Siglo XXI editores. México.
Marx, Karl. (1867). El Capital, Tomo I/Vol.3, Libro Primero. El Proceso de Producción del Capital. Decimoquinta edición en español, 1992. Siglo XXI editores. México.
Napoleoni, Claudio. (1973). Fisiocracia, Smith, Ricardo, Marx. Segunda edición en lengua castellana. Libros de economía, Oikos 23. Oikos-tau, S.A. ediciones. Barcelona, España.
Rainer, Franz. (2007). El Patrón Agrícola ‘Relativo a la Agricultura’. Origen y Desarrollo. Universidad de Ciencias Económicas y Empresariales de Viena, pdf. Versión electrónica: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2568494
Prebisch, Raúl (1951). “Problemas del desarrollo económico en América Latina”, Conferencia N” 1, Centro Latinoamericano de Capacitación en Planes y Proyectos Agropecuarios y Materias Conexas, Santiago de Chile, 23 de octubre de 1951, mimeo.
Smith, Adam. (1776). Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones. Vigésima reimpresión, 2017. Fondo de Cultura Económica. Ciudad de México, México.
Acerca del autor
Juan Carlos Morales Soto
Es licenciado en Economía por la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en donde defendió la tesis: “El Impacto de la Jubilación en México. El Caso Telmex (2005-2016)”. Es especialista en Historia Económica (2021) por la Facultad de Economía de la UNAM con el ensayo: “El Impacto de la Estancia de Matías Romero en los Estados Unidos en su Proyecto de Reconstrucción de la Hacienda Pública Mexicana, 1868-1872”. Profesor de francés en el CELEX de ESIME Culhuacán, del Instituto Politécnico Nacional de cuya práctica se han derivado traducciones francés-español para la Revista Momento Económico del Instituto de Investigaciones Económica de la UNAM.